Convenio Colectivo

¿Para qué sirven los convenios colectivos de trabajo?

Los convenios colectivos de trabajo son instrumentos que permiten unir criterios y aunar expectativas entre la empresa y sus subordinados. De esta manera, en los convenios de trabajo, se ponen de manifiesto las inquietudes del personal y se busca llegar a un acuerdo sobre las condiciones laborales.

Los convenios colectivos

Un convenio colectivo de trabajo se celebra entre dos partes: La empresa, o grupos de empresas, y un sindicato o núcleo de trabajadores. Generalmente se encuentran avalados o controlados por el Ministerio de Trabajo, quien le otorga legalidad al convenio celebrado.

En él se expone todo aquello relativo a la relación entre empresa y empleados: desde categorías y salarios, hasta permisos y licencias, excedencias, horarios de trabajo, accidentes laborales, despidos, contrataciones, etc.

Este tipo de documentos permite al trabajador conocer sus derechos y obligaciones respecto de la empresa, mientras que ampara a la empresa frente al comportamiento de sus empleados.

Por otro lado, si el trabajador sabe que su convenio colectivo de trabajo no se está cumpliendo en su empresa, o en alguna de las empresas de su sector, puede denunciar estas irregularidades frente a su sindicato y al Ministerio de Trabajo.

Los convenios colectivos de trabajo nuclean una rama de la producción y el grupo empresario y sindical que la regula: empleados de comercio, de la carne, metalmecánios, de la construcción, de la industria del acero, etc.

Estos proponen una pormenorización de las relaciones laborales, mientras que agregan cuestiones que generalmente no se encuentran incluidas en las leyes laborales contempladas en la Ley de Contrato de Trabajo.

¿Para qué sirven?

Los convenios colectivos de trabajo (CCT) sirven para reglar y dar un ámbito de legalidad a las relaciones empresa-empleado.

Estos convenios tienen una triple función: Amparan los derechos del trabajador, permiten a la empresa que los mismos cumplan con ciertas obligaciones, y ponen a ambos en la posibilidad de recurrir a un ente regulador (el Ministerio de Trabajo), en caso que alguno de los implicados no cumpla con sus deberes.

Estos convenios reglan un mínimo de prestaciones y contraprestaciones, mientras que luego, en un contrato entre la empresa y el empleado, pueden darse más beneficios a este último.

Los contratos no pueden pasar por encima del CCT, otorgándole al empleado un menor sueldo o menores prestaciones y beneficios que los establecidos en él.